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Pena máxima en Rennes

Un fallido tiro penal en los últimos minutos del partido contra Tailandia, que era el gol de la clasificación, dejó a Chile fuera de su primer Mundial Femenino de Fútbol.

Por Salvador Carmona Schönffeldt

Fueron tres partidos. Fueron tres oportunidades. Dos de ellas ante potencias mundiales y ayer quedaba la última chance. Tras las derrotas con Suecia (2-0) y Estados Unidos (3-0), solo un triunfo ante Tailandia por tres goles de diferencia, haría que Chile pasara como mejor tercero en su primer Mundial de Fútbol Femenino.


Pero la historia no lo quería y el responsable fueron los palos del arco tailandés.


En el primer tiempo un disparo de María José Urrutia, desviado por una rival, golpeó el vertical y al finalizar la primera etapa el travesaño evitó el gol de Rosario Balmaceda.


En el segundo tiempo, el ingreso de Javiera Grez por una destacada Karen Araya, sorprendió a la hinchada, pero el cambio de José Letelier funcionó.


Chile mantuvo el dominio y tras una gran jugada de Daniela Zamora, la pelota quedó en el pie de Yanara Aedo que estremeció nuevamente al vertical. Pero, el balón iba tan fuerte que se devolvió y golpeó a la arquera de Tailandia, abriendo el marcador. Los abrazos emocionados de todas las jugadoras y el cuerpo técnico fue breve. Iban por más.


Así, los incesantes pelotazos al área contraria dieron fruto a diez minutos del final. La destacada todocampista Paloma López metió una pelota con veneno y apareció Urrutia. Con postura de un nueve clásico desvió el balón con la cabeza y puso el 2-0. El desahogo de la goleadora abría el apetito por el tercero y la clasificación.


Y estuvo la posibilidad. La figura del partido, María José Urrutia se estrelló con la arquera Waraporn Boonsing y la jueza Anna Marie Keighley fue advertida por el VAR: Penal.


Francisca Lara toma segura el balón, pero su tiro estrelló nuevamente el horizontal.


Las posibilidades de Chile de seguir en el Mundial se alejaban y el dolor seguía con una lesionada Javiera Grez que lloraba desconsolada al borde del campo.


Los minutos finales, con el ingreso de María José Rojas, fueron con el corazón. Tiane Endler subió dos veces a buscar el corner, pero la pelota no quería la gloria de Chile.


El silbato final desencadenó las inevitables lágrimas en la cancha y en las galerías.


Tiane cruzó el campo y fue a levantar a Francisca. “Es una jugadora irreprochable que entrega todo en cada partido y que debe estar tranquila con todo lo que hizo por Chile en estos tres partidos. Sin duda es la que más corre de todas y una de las que más mete. Debe estar tranquila. Levantar la cabeza”, señaló la portera.

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