El Mundial de Fútbol Femenino se inició con ventolera, lluvia, un breve espectáculo artístico y un gran show futbolístico de Francia, que encantó a su hinchada en el estadio Parque de los Príncipes.
Por Salvador Carmona Schönffeldt | París
La mañana parisina amaneció con un intenso viento primaveral, donde a ratos asomaba el sol o caía una leve llovizna.
La poca presencia de información sobre el Mundial Femenino de Fútbol en los lugares turísticos, contrastaba con los alrededores del Estadio Parque de Los Príncipes.
Allí, unas cuatro horas antes de la inauguración, el contingente policial y militar cercaba la zona de la estación de metro Porte de Saint-Cloud y comenzaban a aparecer las primeras familias con rostros pintados y vistiendo la camiseta francesa.
Los colores blanco, azul y rojo comenzaron a teñir el sector y el bar Les Deux Stades, ubicado frente a la cancha del Paris Saint Germain, comenzó a recibir a hinchas que entre sándwich, papas fritas y cervezas esperaban la apertura del estadio.
El agua dio paso a esquivos rayos de sol y las tribunas comenzaron a repletarse. Desde ahí, la popular cantante francesa Jain, de 27 años, recibió los aplausos al ser la melódica voz de la breve ceremonia de inauguración, que tiñó la cancha con los colores de los 24 países participantes en la cita mundial.
El duelo inaugural
Luego vino el ingreso de las seleccionadas de Francia y Corea del Sur, donde la emotiva Marsellesa hizo latir al estadio.
Desde el pitazo inicial, las jugadoras azules se encargaron de tomar la iniciativa y brindar un gran show futbolístico bajo la batuta de su capitana Amandine Henry y los desbordes de Delphine Cascarino.
La presión, inevitablemente se convirtió en el primer gol, gracias al olfato de Eugenie Le Sommer.
Luego, fueron las centrales francesas las que brillaron: La seguridad de Griedge Mbock Bathy y la elegancia de Wendie Renard en la marca, no les bastó y se fueron en busca del gol.
La primera marcó, celebró y el implacable VAR se lo anuló. Tras la frustración, Wendie ganó la marca dos veces y con certeros cabezazos dejó a Francia 3-0 en el primer tiempo, ante el delirio de la hinchada local.
En el segundo tiempo, mientras la temperatura bajaba y un viento pretendía enfriar el ambiente, la capitana Henry se encargó de brindar una joya y con un derechazo colocado lejos de la portera Kim Minjung sentenció la goleada 4-0.
Las coreanas no pudieron hacer nada ante el show de las francesas, que se despidieron con una ovación y terminaron bailando junto al público, en una jornada nocturna inolvidable, que trae viento fresco y renovado a Paris, a Francia y al fútbol: partió el Mundial.
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