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Temporada de montaña en la Región de Atacama

Entidades públicas y privadas se unieron para invitar a vivir diversas experiencias turísticas en la precordillera y cordillera de la región.

Salvador Carmona Schönffeldt | @laviejaciudad


Las maravillas que nos presenta la Región de Atacama son muy diversas. Desde Chañaral de Aceituno por el sur o Parque Nacional Pan de Azúcar por el norte, se extiende una costa con paradisíacas playas, que se unen al desierto, la camanchaca, el sol y las dunas.


Pero basta con mirar hacia la cordillera y comenzar el ascenso para encontrarse con idílicos paisajes enlazados con la cultura local. Por ello, diversos organismos públicos y privados se unieron para lanzar en noviembre la temporada de montaña en la Región de Atacama.


“Uno de los atractivos fuertes y uno de los destinos importantes que tenemos es la montaña. Como es habitual estamos dando el inicio a la temporada, aprovechando de invitarlos a todas y a todos a visitar la región de Atacama. A recorrer la precordillera y la cordillera. Hay un trabajo importante con las comunidades Collas del sector”, cuenta Alejandro Martín, director regional del Servicio Nacional de Turismo en Atacama.

La iniciativa fue impulsada en la comunidad Colla Pai-Ote donde su presidenta y autoridad ancestral, Ercilia Araya, dijo que “para nosotros es súper importante que, dentro de la quebrada Paipote, en el sector Vega Redonda, se inicie el tema de turismo, el eco y etno turismo, porque para las comunidades es súper importante darse a conocer y que nos conozcan, mostrar nuestra cultura, nuestras enseñanzas y deberes. Así compartirlo con todos”.


En la ruta se pueden realizar cabalgatas, probar los sabores locales o conocer oficios ancestrales como en la posada MiskiWasi. Somos artesanas y siempre estamos trabajando en lo que nos gusta. Mi mamá nos crió esquilando y lavando la lana, para que ellos pudieran trabajar y hacer los ponchos. De niña, siempre nos gustó y nunca lo hemos dejado de hacer”, señala Miriam Rivera mientras muestra su tienda-taller de artesanía en lana y los espacios que está habilitando para recibir visitantes.


Para el gobernador regional de Atacama, Miguel Vargas, “este sector es parte de la ruta patrimonial colla, que nos conecta con la Laguna Santa Rosa y con el paso internacional San Francisco. Es un todo armónico en este desierto mágico que se une para poner en valor la montaña y los atractivos naturales que tiene la Región de Atacama”.


Huellas Ancestrales en Los Andes

Entre las agencias que ofrecen vivir la experiencia del recorrido está Conectando Ecoturismo Chile, donde Natalia Soto cuenta que “el programa que se desarrolló, en cuanto al lanzamiento de la temporada de montaña, se llama ´Huellas Ancestrales en Los Andes de Atacama´. Trabajamos con comunidades indígenas la ruta de los seis miles. Desarrollamos experiencias de relajación y mucho aprendizaje del entorno natural”.


El camino tiene una pausa en el Parque Nacional Nevado de Tres Cruces que es administrado por Conaf, pero cuenta con una concesión turística para el alojamiento de los visitantes.


Se trata del Refugio Maricunga donde tienen habitaciones privadas ($50.000 por persona), compartidas ($30.000 por persona) y camping ($15.000 por persona).


Aquí estamos a 3.780 metros sobre el nivel del mar según apunta la señalética del lugar y se convive con el salar de Maricunga y Laguna Santa Rosa, que reciben a una treintena de aves donde destacan tres tipos de flamencos, además de guanacos, zorros y vicuñas.


Sus aguas han disminuido en las últimas décadas debido a la intervención humana y la actividad minera, con la extracción de agua de pozos que alimentan la laguna, por lo que este patrimonio natural está en riesgo.

Uno de los afluentes naturales que conocemos en la ruta es el río Lama que corre maravillosamente libre en pleno desierto. Al ser un sitio Ramsar está resguardado internacionalmente, pero la actividad minera actual, la baja fiscalización y la futura extracción del litio puede ser su condena a muerte.


A más de cuatro mil metros de altura, se nos presenta Laguna Verde con sus aguas turquesas y pozos con agua tibia, que invitan al descanso de montañistas que van en busca del volcán más alto de la tierra: El Nevado Ojos del Salado, con 6.891 metros sobre el nivel del mar.


En un camino de ensoñación, donde la montaña nos aleja del mar y nos encuentra con el cielo, se reitera un único peligro para estos maravillosos ecosistemas: El modelo extractivista sin regulación que puede aniquilar la riqueza natural y cultural de una región que está cargada de conocimientos ancestrales y que conviven en armonía con la naturaleza, factores claves para el desarrollo de un modelo de turismo sostenible.

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